El estrés y su influencia en la calidad de vida y los dolores musculares.

El estrés se define como un estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal. Este estado suele provocar diversos trastornos físicos y mentales que pueden poner en riesgo nuestra salud y bienestar.

Entre los trastornos físicos más habituales encontramos el dolor de espalda, ya que el estrés altera el estado de los nervios que controlan el funcionamiento de los músculos, facilitando su contractura.

El estrés también podría interferir en la coordinación de los distintos grupos musculaturas que participan en el funcionamiento de la espalda. En condiciones normales, los abdominales y la musculatura paravertebral se coordinan entre sí para mantener una postura o conservar el equilibrio durante el movimiento. Esta coordinación depende de reflejos nerviosos.

¿Hay algunas medidas para reducir el impacto?

Evidentemente, lo primero que se debe tratar es el propio estrés, resolviendo las situaciones que lo provocan cuando es viable, o aprendiendo a vivir con él de la forma más sana cuando no lo es. Si sientes que necesitas ayudas con tu salud mental, el primer paso es una terapia que te ayude a mejorar y sentirte mejor desde dentro, es decir,  resolver la situación que provoca el estrés.

Otra medida muy importante es contrarrestar sus efectos realizando actividades que ayuden a prevenir el impacto de los dolores físicos y nos ayuden a mejorar la tensión muscular.

Por un lado, es importante mantener el mayor grado posible de actividad física. Además de ser eficaz para prevenir el dolor de espalda, la actividad física regular puede contribuir a controlar el estrés y reducir su impacto.

Cumplir con las normas de higiene postural, como por ejemplo, adoptar posturas y movimientos propios de la vida cotidiana de forma que la carga para la columna vertebral y su musculatura sea menor y se reduzca el riesgo de contracturas.

Mantener y desarrollar la musculatura de la espalda. El entrenamiento de la musculatura implicada en el funcionamiento de la espalda disminuye el riesgo de que se contracture.

Por último, un masajeador eléctrico o un sillón de masajes puede ser de gran ayuda para rebajar la tensión muscular que sufrimos en el cuello y hombros como consecuencia del estrés